La variabilidad genética está estrechamente ligada con la evolución, se necesita variabilidad para que ésta se produzca.
Para saber si hay evolución se desarrolló un modelo nulo que muestra los comportamientos de los genes en las poblaciones diploides con reproducción sexual, la ley de Hardy-Weinberg.
Ésta ley establece que la composición genética de una población permanece en equilibrio mientras no se produzca evolución.
Definimos:
P : frecuencia del genotipo homocigoto AA.
H : Heterocigosidad, frecuencia del genotipo heterocigoto, Aa.
Q : frecuencia del genotipo homocigoto aa.
p : frecuencia del alelo A.
q: frecuencia del alelo a. p + q = 1
La frecuencia del alelo A es P (la frecuencia del genotipo AA, ambos
alelos son A), y la mitad de H, heterocigosidad, porque solo uno de
los locus está ocupado por el alelo A.
p = P + ½ H
La frecuencia del alelo a es Q, ambos aa, más la mitad de H.
q = Q + ½ H
Al realizar un cruzamiento de gametos los resultados son:
El equilibrio de Hardy-Weinberg da lugar a dos conclusiones
fundamentales:
- Las frecuencias alélicas de una población se mantendrán
constantes generación tras generación.
- Si las frecuencas alélicas de una población son p y q, las
frecuencias genotípicas serán:
Para que la ley de Hardy-Weinberg se cumpla tienen que sucederse una
serie de condiciones:
-No hay selección.
-No hay mutación.
-No hay migración.
-No se producen fenómenos aleatorios.
-Emparejamientos aleatorios.
Estás son las condiciones bajo las que las poblaciones ideales no
evolucionan, es por ello que el equilibrio de Hardy-Weinberg sirve como modelo nulo, se puede calcular el equilibrio esperado y
compararlo con el real mediante un chi-cuadrado para determinar si la
población está evolucionando o no.