sábado, 20 de abril de 2013

La selección natural

Hoy explicaremos una de las principales fuerzas evolutivas, la selección natural, que Darwin definió con los siguientes postulados:
  • Hay variación entre individuos.
  • En cada generación se producen más individuos de los que pueden sobrevivir.
  • Quién sobrevive y quién no no es sólo una cuestión de azar, sino que depende de las características de cada individuo.
  • Si estas características son hereditarias, se transmitirán a los descendientes.
  • El resultado es un cambio en la composición de la población, es decir, se produce evolución.

Dicho de otra forma: el número de individuos en las poblaciones tiende a aumentar en proporciones geométricas, pero, en cambio, acaba por mantenerse constante debido a que el medio tiene unos recursos limitados. Así, tan sólo una fracción de la descendencia sobrevivirá y tendrá éxito en la reproducción. Los descendientes que no pueden sobrevivir y reproducirse se diferencian de los que sí lo hacen porque los individuos de una población no son idénticos debido a la variación hereditaria. La competencia por sobrevivir y reproducirse determina que variantes de la población perpetuarán la especie. Por tanto, la selección natural conduce a la acumulación de caracteres heredables favorables mediante la eliminación de los individuos que tengan caracteres heredables desfavorables.
De todo esto concluimos que podemos definir la selección natural como una diferencia, en promedio, entre la supervivencia o fecundidad de los individuos con cierto fenotipo en comparación con individuos de otros fenotipos.

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